Neuromas de Morton

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Neuromas de Morton

El neuroma de Morton, también llamado neuroma interdigital o neuroma plantar, es un proceso inflamatorio crónico que afecta a un nervio interdigital del pie, que se va engrosando progresivamente, debido a la irritación mecánica que sufre entre los huesos metatarsianos del pie. No es un tumor aunque el nombre puede hacer pensar en ello.


Causas:

Puede producirse por una sobrecarga en la punta del pie, siendo la forma de pisar uno de los agentes causales más importantes.

El origen no está sólo en el pie, ya que por ejemplo el hecho de tener la musculatura acortada en la parte posterior de la pierna, favorece el aumento de carga soportada en la zona metatarsal del pie y por tanto favorecerá la aparición del Neuroma.

También el uso de zapatos de punta estrecha y tacón pueden favorecer su aparición ya que favorece la compresión de la zona metatarsal. Es más frecuente por ello en mujeres.

Una pronación del pie muy brusca cuando caminamos  o corremos también puede tener un efecto directo en la generación del Neuroma de Morton.


Síntomas:

Un dolor mecánico, similar a una descarga eléctrica, en la parte delantera del pie correspondiente a los dedos en contacto con el neuroma.

Raras veces se presenta durante la noche. El dolor puede ser más o menos intenso según el calzado utilizado, empeorando con el uso de puntas estrechas.


Diagnóstico:

El diagnóstico es sencillo. El médico lo sospecha cuando el paciente cuenta esos síntomas. El dolor puede ser reproducido al palpar el nervio entre los dedos o al comprimir la parte delantera del pie. La dificultad radica en diferenciar si el dolor es debido al neuroma (dolor neuropático) o a la inflamación y exceso de carga en las cabezas de los metatarsianos (metatarsalgia mecánica). En ocasiones coexisten las dos patologías.

También es relativamente frecuente que haya más de un neuroma. Las localizaciones habituales son entre el tercer y el cuarto dedo (tercer espacio digital) y entre el segundo y el tercero (segundo espacio interdigital).

Además cuando hay sospecha de que el dolor es debido al neuroma, conviene confirmarlo con imágenes de ecografía o resonancia magnética. A veces el neuroma es de pequeño tamaño y es realmente difícil diferenciarlo con dichas pruebas.


Tratamiento:

En casos de dolor leve se puede comenzar con tratamiento de fisioterapia y cambios en el calzado y la actividad.
Si el dolor es más importante o persistente, se puede realizar alguna infiltración con corticoides, sobre todo si el paciente lo demanda y tiene miedo a una intervención de otro tipo.


Cirugía:

Una opción mínimamente invasiva consiste en tratamiento por radiofrecuencia del neuroma, de modo que con anestesia local y solamente con un pinchazo, realizamos termoablación (radiofrecuencia continua) o radiofrecuencia pulsada (efecto antiinflamatorio) y podemos disminuir los síntomas de forma significativa. El paciente puede calzarse y reincorporarse a las actividades cotidianas en un par de días aproximadamente.

En caso de neuromas grandes o de fallo de las opciones previamente descritas, la extirpación quirúrgica es sencilla. Nosotros la realizamos por el dorso del pie, a través de una incisión de unos dos centímetros. La mejoría es inmediata, aunque debe permanecerse en reposo relativo hasta la retirada de los puntos en dos semanas aproximadamente.