Tumores vertebrales y espinales
Los tumores cerebrales y de la médula espinal se encuentran en el tejido dentro del cráneo o la columna vertebral ósea que conforma el sistema nervioso central. Un tumor es una masa de células normales o anormales que forma un crecimiento nuevo o está presente en el nacimiento (congénito). Los tumores se producen cuando los genes que regulan el crecimiento celular se dañan o mutan, permitiendo que las células crezcan y se dividan sin control. Los tumores pueden formarse en cualquier parte del cuerpo.
Existen más de 120 tipos de tumores cerebrales y de la médula espinal. Algunos se denominan por el tipo de célula en la que comienzan (como el glioma) o la ubicación (como el meningioma, que se forma en el revestimiento del cerebro y la médula espinal).
Un tumor que se forme en la médula espinal o cerca de ella puede perturbar la comunicación entre el cerebro y los nervios o limitar el suministro de sangre de la médula. Debido a que la columna espinal es estrecha, un tumor aquí—a diferencia de un tumor cerebral—puede causar síntomas a ambos lados del cuerpo en el mismo momento.
Las imágenes de diagnóstico muestran imágenes extremadamente detalladas de estructuras del cuerpo, incluyendo tejidos, órganos, huesos y nervios. Si existe un tumor, las imágenes de diagnóstico confirmarán este diagnóstico y ayudarán a los médicos a determinar el tipo de tumor, a detectar la inflamación y otras afecciones asociadas, y, con el tiempo, a verificar los resultados del tratamiento.
Tumores benignos y malignos:
Sin importar dónde estén ubicados en el cuerpo, los tumores se clasifican como benignos o malignos.
Los tumores benignos son masas celulares no cancerosas de crecimiento lento que tienen un borde definido y no se diseminan a otras partes del cuerpo.
Los tumores malignos o cancerosos tienen células de aspecto diferente a las células normales. Rápidamente pueden invadir el tejido circundante y a menudo tienen bordes que son difíciles de definir, lo que dificulta la extirpación quirúrgica del tumor entero.
Causas:
Los investigadores realmente no saben por qué se desarrollan estos tumores. Las causas posibles bajo investigación incluyen virus, genes defectuosos, exposición a ciertas sustancias químicas y otros materiales peligrosos, y trastornos del sistema inmunitario.
Los tumores cerebrales y de la médula espinal no son contagiosos o, en este momento, prevenibles.
Síntomas:
Los tumores cerebrales y de la médula espinal causan muchos síntomas diferentes, lo que puede hacer que la detección sea difícil. Los síntomas dependen del tipo, la ubicación, el tamaño y la velocidad de crecimiento del tumor. Ciertos síntomas son bastante específicos porque son la resultante del daño a áreas particulares del cerebro. Generalmente los síntomas se desarrollan lentamente y empeoran a medida que crece el tumor.
El signo más obvio de tumor cerebral en los bebés es una cabeza que se expande rápidamente o una coronilla protuberante.
Los síntomas comunes de un tumor cerebral en los adultos incluyen dolores de cabeza, convulsiones, problemas con el equilibrio o la coordinación, pérdida del control muscular, hidrocefalia, y cambios en la personalidad o la conducta.
Los síntomas comunes de un tumor de la médula espinal incluyen dolor, entumecimiento o cambios sensoriales, problemas motores, y pérdida del control muscular.
Cirugía:
Generalmente la neurocirugía es el primer paso para tratar un tumor accesible—aquel que puede extirparse sin riesgo inaceptable de daño neurológico. La cirugía está dirigida a extirpar todo o tanto del tumor como sea posible (llamado resección o extirpación) y puede retrasar el empeoramiento de la función neurológica.
Si el tumor es canceroso, el cirujano extirpará tanto del tumor como sea posible. En el caso de algunos tumores cerebrales primarios no es posible extirpar quirúrgicamente todas las células malignas. Comúnmente los tumores cerebrales malignos vuelven a presentarse de células que se han diseminado de la masa del tumor original hacia el tejido cerebral circundante. Muchos tumores benignos y tumores metastáticos secundarios pueden extirparse quirúrgicamente en forma completa.