Parte del equipo médico que viajará a Mozambique en misión humanitaria fotografiado en Torrecárdenas.
Dentro de 35 días, doce profesionales de la medicina de Almería aterrizarán en Maputo, la capital de Mozambique, para sumergirse en la realidad de un país donde la riqueza y la pobreza extrema caminan de la mano. Asolado tras tres lustros de guerra civil, sus extraordinarios recursos naturales lo han llevado a crecer desde 2014 por encima del 7% del PIB anual. Sin embargo, la mayor parte de su población, algo más de 30 millones de personas, sigue viviendo en la más absoluta miseria. Mozambique es, según el Índice sobre Desarrollo Humano, el octavo peor lugar del mundo para vivir. A la pobreza extrema se suman miles de casos por violencia sexual (tantos que hasta el Ministerio de Sanidad del país ha dado la voz de alarma) y una elevadísima incidencia de VIH en niños, que sitúa a esta república localizada al sur del continente africano como el país del mundo con más Sida infantil. “En ese contexto vamos a ayudar. Lo haremos con las Hermanas Mercedarias, que llevan desarrollando allí su labor misionera desde hace muchos años, auxiliando a los más desfavorecidos”, explica el neurocirujano Antonio Huete, veterano en misiones humanitarias: con la de este verano, este médico granadino afincado en Almería desde hace nueve años, sumará a su experiencia profesional ocho proyectos de cooperación, el último en Sierra Leona el año pasado junto a la ong ‘Todos son Inocentes’.
Durante diez días, la misión médico-humanitaria procurará mejorar la salud de la población más desfavorecida, centrándose principalmente en los niños, mujeres y ancianos. En Maputo, el equipo almeriense desarrollará su labor en cuatro centros sanitarios: uno que trata a niños con VIH y tuberculosis, otro que atiende a menores con enfermedades mentales y uno más que ayuda a mujeres y niños en las áreas más deprimidas de la ciudad en grave riesgo de exclusión social. Además, el personal sanitario que participa en esta misión realizará un amplia actividad quirúrgica en el Hospital Central de Maputo. El equipo almeriense también intentará estar dos días en otro hospital situado a unas tres horas al norte de la capital. Allí, en una región selvática, harán consultas de medicina general.
“En el Hospital Central de Maputo vamos a operar a niños con espina bífida o hidrocefalia, que son muy frecuentes en estos países”, cuenta el doctor Huete, neurólogo y neurocirujano en el Complejo Hospitalario Torrecárdenas. Ambas patologías provocan en los menores afectados una gran incapacidad para realizar una vida normal, ya que no pueden ir a la escuela ni desarrollar una vida personal autónoma.
Por su parte, Gabriel Fiol, ginecólogo de Torrecárdenas y Melchor Molina, residente de Ginecología en el mismo hospital, tratarán a pacientes con patologías como hernias, apendicitis o fístulas y realizarán cesáreas y atención temprana a la mujer. Los tres viajaron juntos en 2017 a Sierra Leona y quedaron tan satisfechos de la experiencia – “trabajar en estos países te devuelve a la esencia real de la medicina, la gente tiene tan poco que es extraordinariamente agradecida con quien le presta un poco de ayuda”, afirma el doctor Huete- que este año han querido repetir misión humanitaria.
Junto a ellos viajarán Miguel Romero, que hará de guía intérprete y monitor de educación ambiental; Rocío Fiol, enfermera de quirófano en su tercera misión humanitaria; Juan de la Cruz, anestesista, más de 25 años colaborando en misiones en el Tercer Mundo; Puri García, enfermera, también estuvo el año pasado en Sierra Leona; Teresa Pignatelli, cirujana del Hospital San Rafael de Granada; Francisco Ruiz, psicólogo; María del Mar Fiol, estudiante de Medicina; Toñi Alcaraz, enfermera de Obstetricia y Ginecología en Torrecárdenas y Dolores Beltrán, administrativa. Para los cinco últimos, la de Mozambique será su primera misión internacional. “Estamos emocionados”, relatan.
Hasta ahora, en las anteriores misiones en las que, por ejemplo, ha participado Huete o la que el año pasado desarrollaron algunos miembros del equipo en Sierra Leona, todos los gastos -desde el desplazamiento hasta el país, la estancia o la aportación de medicinas y material sanitario- han sido asumidos a pulmón por ellos mismos.
Este año, por primera vez, han pedido ayuda. Y lo han hecho tras presentar su proyecto en una web (www.sonrisasenmozambique.es) y explicar en qué consistirá la misión que desarrollarán en el país africano del 9 al 19 de julio. Cualquier aportación por pequeña que sea, dicen, es buena. “Allí todo vale porque es gente que no tiene nada”.
El equipo almeriense ya ha sacado los billetes y está a la espera de recibir los visados que autoricen su entrada en Mozambique. Cuando lleguen, saben a lo que tendrán que enfrentarse: precariedad, falta de medios y niveles extremos de pobreza. “No nos asusta. Trabajar en esas condiciones es duro, pero también gratificante. Ayudas a gente que no tiene nada y eso merece cualquier sacrificio”, apunta su portavoz, el doctor Antonio Huete.