La estimulación cerebral profunda consiste en implantar electrodos dentro de ciertas zonas del cerebro. Estos electrodos producen impulsos eléctricos que regulan los impulsos anormales. También los impulsos eléctricos pueden afectar determinadas células y sustancias químicas dentro del cerebro.
La cantidad de estimulación en la estimulación cerebral profunda se controla mediante un dispositivo similar a un marcapasos colocado debajo de la piel en la parte superior del tórax. Un cable que pasa debajo de la piel conecta este dispositivo a los electrodos en el cerebro.
La estimulación cerebral profunda está aprobada para tratar determinadas afecciones, como las siguientes:
La estimulación cerebral profunda también se está estudiando como tratamiento potencial para lo siguiente:
La estimulación cerebral profunda usa un dispositivo médico implantado quirúrgicamente operado por una batería llamado neuroestimulador —similar a un marcapasos cardíaco y aproximadamente del tamaño de un cronómetro— para enviar estimulación eléctrica a áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento, bloqueando las señales nerviosas anormales que causan el temblor y los síntomas de la enfermedad.
Antes del procedimiento, un neurocirujano usa la captación de imágenes por resonancia magnética (IRM) o la tomografía computarizada (TC) para identificar y ubicar el objetivo exacto dentro del cerebro donde las señales eléctricas nerviosas generan los síntomas de la enfermedad. Algunos cirujanos pueden usar el registro con microelectrodos, que involucra un cable pequeño que monitoriza la actividad de las células nerviosas en el área objetivo para identificar más específicamente el objetivo cerebral preciso que será estimulado. Generalmente, estos objetivos son el tálamo, el núcleo subtalámico y el globo pálido.
El sistema se basa en tres componentes: el electrodo, la extensión y el neuroestimulador. El electrodo, un cable delgado y aislado, se inserta a través de una pequeña abertura en el cráneo y se implanta en el cerebro. La punta del electrodo se posiciona dentro del área objetivo del cerebro.
La extensión es un cable aislado que se pasa bajo la piel de la cabeza, el cuello y el hombro, conectando el electrodo al neuroestimulador. El neuroestimulador (el «paquete de baterías») es el tercer componente y generalmente se implanta bajo la piel cerca de la clavícula. En algunos casos puede implantarse más abajo en el pecho o bajo la piel sobre el abdomen.
Una vez que el sistema esté colocado, se envían impulsos eléctricos desde el neuroestimulador hacia el cable de extensión y el electrodo dentro del cerebro. Estos impulsos interfieren y bloquean las señales eléctricas que causan los síntomas de Parkinson.
El procedimiento tiene la gran ventaja sobre talamatomías o palidotomías en que los efectos son reversibles, modificables y no se crea un lesión en el tejido cerebral. Múltiples factores determinan el éxito del procedimiento y es necesario un equipo multidisciplinario con experiencia para obtener los mejores resultados. Sin embargo la colocación apropiada del electrodo cerebral es el elemento critico del procedimiento. La selección del paciente, expectativas adecuadas, neurólogos con experiencia en el manejo del estimulador y enfermedad tratada también son indispensables.
La estimulación cerebral profunda es un tratamiento establecido para trastornos del movimiento, como el temblor esencial, la enfermedad de Parkinson, la distonía y trastornos psiquiátricos como el trastorno obsesivo compulsivo. Su uso también ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para reducir las convulsiones en casos de epilepsias difíciles de tratar.
Este tratamiento se reserva para personas que no pueden controlar sus síntomas con medicamentos.
A pesar de que la estimulación cerebral profunda es mínimamente invasiva y se considera segura, cualquier tipo de cirugía tiene riesgo de complicaciones. Además, la estimulación cerebral por sí sola puede provocar efectos secundarios.
Riesgos de la cirugía
La estimulación cerebral profunda implica la creación de orificios pequeños en el cráneo para implantar los electrodos y la cirugía para implantar el dispositivo que contiene las baterías debajo de la piel del tórax. Las complicaciones de la cirugía pueden incluir las siguientes:
Los efectos secundarios asociados a la estimulación cerebral profunda pueden incluir:
Unas semanas después de la cirugía, el dispositivo se encenderá y comenzará el proceso de encontrar las mejores configuraciones para ti. Algunas configuraciones pueden provocar efectos secundarios, pero estas, por lo general, mejoran con más ajustes en tu dispositivo.
La estimulación cerebral profunda es un procedimiento serio y potencialmente peligroso. Incluso si cumples con los requisitos para someterte a la estimulación cerebral profunda, tú y tus médicos deben evaluar cuidadosamente los potenciales riesgos y beneficios del procedimiento.
Antes de la cirugía, necesitarás pruebas médicas para asegurarte de que la estimulación cerebral profunda es una opción segura y adecuada para ti. También necesitarás estudios de imágenes del cerebro, como imágenes por resonancia magnética, antes de la cirugía, para trazar un mapa de las áreas de tu cerebro para implantar los electrodos.
En general, la estimulación cerebral profunda funciona de la siguiente manera:
Unas semanas después de la cirugía, se activa el generador de pulso de tu pecho en el consultorio del médico. El médico puede programar fácilmente tu generador de pulso desde el exterior del cuerpo, mediante un control remoto especial. La cantidad de estimulación se personaliza según la enfermedad, y puede llevar hasta seis meses encontrar la configuración óptima.
La estimulación puede ser constante, las 24 horas del día, o bien, el médico puede recomendarte que apagues tu generador de pulso por la noche y lo vuelvas a encender por la mañana, dependiendo de tu enfermedad. Puedes encender y apagar la estimulación con un control remoto especial que te llevarás a tu casa. En algunos casos, el médico puede programar el generador de pulso para permitirte realizar modificaciones en tu casa.
La vida útil de la batería del generador varía según el uso y la configuración. Cuando sea necesario cambiar la batería, el cirujano reemplazará el generador durante un procedimiento ambulatorio.
La estimulación cerebral profunda no curará tu enfermedad, pero puede ayudar a aliviar los síntomas. Si la estimulación cerebral profunda funciona, los síntomas mejorarán significativamente, pero normalmente no se irán por completo. En algunos casos, los medicamentos seguirán siendo necesarios para ciertos trastornos.
La estimulación cerebral profunda no es exitosa para todos. Existe una cantidad de variables que están implicadas en el éxito de la estimulación cerebral profunda. Es importante hablar con tu médico antes de la cirugía sobre qué tipo de mejora puedes esperar para tu enfermedad.